Entrevista con Jaime Martínez-Burgos

Buenos días Jaime, me gustaría empezar haciéndote la propuesta de que nos hables un poco sobre ti, de dónde eres, en dónde te has formado, cuál es tu recorrido. Cuéntanos.

Buenos días.

Hablar de mí no es una de mis aficiones favoritas, pero bueno, soy burgalés, hijo de funcionario. De un funcionario además co-fundador junto a otros cuatro de la organización nacional de ciegos (ONCE), ni más ni menos. Como hijo de funcionario, tuve una niñez corriendo entre las tierras de Burgos, Valladolid, Cádiz, Asturias… para finalmente recalar en Segovia, Digo esto porque, el que conozca un poco el mundo de un funcionario del Estado, sabe que es relativamente normal tener una recorrido por la geografía española y en algunos casos fuera.

Mi formación inicial es la de marino mercante, y no podía ser menos, la gente de Burgos tiene una gran vocación por la marina (risas). Me hice marino, estudié la carrera de náutica, llegué a ser primer oficial de un barco grande, y bueno, era el orgullo de mi padre, porque como buen burgalés que era, estaba emulando de alguna manera al almirante Bonifaz, el primer almirante de los reyes católicos que rompió el sitio de Sevilla de las tropas sarracenas, otro burgalés navegando.

Enseguida me di cuenta que tenía un techo, que aquello tenía una trayectoria corta, es cierto que le debo muchísimo a la marina. Entre otras cosas, le debo un periodo de maduración acelerada, puesto que con 22 años era piloto de un gran petrolero yendo al golfo pérsico con 150,000 toneladas de crudo en las tripas del barco. Esto te da un periodo de maduración acelerada, puesto que no solamente estás llevando muchos millones, entonces de pesetas o de dólares, sino que además la vida de por lo menos 25 personas las tenías en tus manos, y las malas decisiones no tienen corrección posible.

Como me di cuenta que eso era un techo de cristal, aunque si era una manera excelente de proyectarse en el mundo general, puesto que, con solo 22 años ganaba 8,5 veces lo que ganaba mi padre después de 35 años como funcionario, me fui preparando la carrera de Derecho. En los tres primeros años alternando los exámenes de la facultad con periodos en tierra de seis meses y esto me dio la oportunidad de seguir avanzando en la formación.

Entonces la gente de mi época, estábamos obligados a hacer el servicio militar y tuve la enorme suerte de acceder a la marina de guerra como oficial de cubierta y oficial de puente de derrotas, en Cádiz. Después volví a la mar, estuve navegando más o menos diez años, terminé mi carrera y regresé a tierra.

Ahí se inicia mi trayectoria profesional, como uno más en tierra, alejado de la vida marítima y entré en una compañía de seguros, Plus Ultra. Comencé desde muy abajo, era oficial administrativo de primera clase, una cosa muy mona que suena muy larga, pero que no tenías derecho de salir a tomar café. Es verdad que, hay veces que en las realidades del ser humano tienes que estar en el momento justo y oportuno con la preparación adecuada.

Yo venía de un mundo muy disciplinado, como era el de la mar, el mundo militar y hablaba dos idiomas. Estamos hablando del año 82-83, tenía una carrera de derecho más la marina mercante, evidentemente eso fue como un cohete, un disparadero dentro de lo que eran las estructuras empresariales de los año 80, en plena transición, España entraba en la Unión Europea, en la Comunidad Económica Europea en el año 86. Y no desaprovecharon la oportunidad de incorporar a un joven, en ese entonces de 29 años, a los cuadros directivos y la verdad es que eso me produjo una trayectoria bastante acelerada.

Por lo que vemos Jaime, has tenido una trayectoria profesional larga y muy variada, eso dice mucho de tu bagaje y de tu estilo. Me pregunto, con todo esto que nos acabas de contar, ¿cómo entras en contacto con Criptoro? ¿cómo sucede esto?

Digamos que quizás soy una de las pruebas más evidentes de la teoría de los 5 puntos de Steve Jobs. Entro en Criptoro porque vivo fuera de España durante más de 20 años, desarrollo mi carrera profesional como jurista tanto en Francia, como en Italia y en algún momento en Argentina estuve desarrollando proyectos empresariales españoles.

Me convierto en empresario con una correduría de seguros, y en el año 2017 entro en contacto con una multinacional alemana, que me abre un territorio nuevo. Criptoro aparece como consecuencia del desarrollo de esa otro actividad, en el mundo de los metales preciosos. En determinado momento en el mes de diciembre del año 2019, Fernando Arribas, con quien yo ya tenía una relación profesional tangencial, me habla del proyecto de Criptoro y me propone incorporarme al desarrollo de un embrión que está muy bien diseñado y eso fue precisamente una de las cosas que más me atrajo, el buen diseño. Al fin y al cabo, yo venía de abrir varias empresas multinacionales en España, por ejemplo, Munters, que es una multinacional sueca en la que monté todo, partiendo absolutamente de cero o de un grupo empresarial español que empezó sus actividades en Argentina y posteriormente en Venezuela.

El diseño de Criptoro me pareció muy atractivo, moderno, ágil y sobre todo muy dirigido a lo que entiendo que la sociedad nos va a demandar en el futuro.

Evidentemente tienes una amplia experiencia empresarial y de desarrollo de empresas que inician, eso está claro. En ese sentido, ¿cuáles son tus funciones en Criptoro?

El primer contacto con Criptoro es una charla de exposición del proyecto y de como se pretende llevar. Aporto algunas ideas complementarias a lo que ya tenían y en ese momento Fernando me dice: “tenemos que hablar con Jesús Sánchez-Bermejo, pero nos encantaría que te incorporaras al proyecto de Criptoro” dada mi trayectoria, el bagaje y la confianza que hay por interacciones profesionales. Tras hablar con Jesús, éste me reafirmó en mi convicción inicial de lo bien planteado que está en cuanto a todos los campos que va tocando, que puede ir tocando y que tocará en el futuro. Entonces me ofrece ser su colaborador en aquellas áreas en las que él no llega, áreas que por cierto son muy afines a lo que es mi propio carácter, a mi propia trayectoria y a mi pasado profesional, incluso personal. Fue un reto, una emoción, porque sinceramente tocó una fibra un poco más sensible que la profesional y aquí estoy.

Según tu opinión, ¿cuál es el mayor atractivo que ofrece Criptoro, no solo para desarrollar una actividad profesional, sino también de cara a sus clientes o inversores?  Y más concretamente la división oro y plata

Una de las cosas que hace especial a Criptoro, es la modernidad en la estructura de sus servicios y las oportunidades que ofrece. Es una ruptura de moldes en general, por ello el hecho de orientarse hacia la actual sociedad moderna, que está en continuo y permanente cambio, cada vez más rápido. En ese cambio, soy un convencido, del aporte de valor añadido que tiene Criptoro.

En cuanto al mayor atractivo, tiene varios. Pero para mí, además de este que te acabo de reseñar, hay otro apartado importante de Criptoro como es la formación.  Soy un absoluto convencido de que la formación y la sociedad han de estar acopladas. Antes, la formación era escolástica, era de bastos conocimientos, quizá no muy interrelacionados, pero si con una visión de conjunto muy humanística, hoy día creo que la formación tiene que pasar por ser de carácter emocional. Una formación distinta, y esa es una de las facetas que entiendo más atractiva en Criptoro, porque no existe en el mercado un aglutinamiento general en una plataforma y oportunidades de servicios, desarrollo personal y actividades, tanto desde el punto de vista de la formación, como desde el punto de vista retributivo en una única actividad.

Creo que también me comentabas también sobre la división oro y plata

Si, porque eres tú directamente quien maneja esta área importantísima dentro de la organización Criptoro

La división oro y plata es una de las más novedosas. Hay otras igual de novedosas y con gran impacto, de las que además estoy muy orgulloso y con fácil acceso al gran público.

La división oro y plata ofrece al inversor-ahorrador la posibilidad de proteger sus activos monetarios, es decir, lo que la gente normalmente llama dinero, frente a muchos de los peligros y riesgos que hoy día tiene la constante evolución tanto desde el punto de vista de la sociedad, de la política, de la economía, etc. Digamos que es una puerta magnifica, maravillosa, para estar siempre a salvaguarda tanto del sol incesante que pueda caer, como de la lluvia más pertinaz y fría que los vientos de distintos nortes nos puedan traer.

El proyecto Criptoro, vemos que tiene cantidad de opciones y posibilidades, pero es verdad que es un proyecto que está iniciando. En tu opinión, ¿qué pasos necesita reforzar el proyecto Criptoro, en este momento en el que estamos viviendo?

Como adjunto al CEO, con responsabilidad directa en la expansión y creación de la red de colaboradores, creo que la comunicación eficiente y más próxima, es uno de los puntos que en mi absoluto y más leal convencimiento, debemos hacer más esfuerzo e hincapié. Cuando hablo de comunicación ineficiente, hablo de comunicación próxima. Hoy día la comunicación lo es todo, eso de que “el buen paño en el arca se vende”, que nos enseñaron nuestros padres ha pasado a la historia, porque es una herencia de los siglos anteriores.

En el siglo XX que algunos hemos vivido de forma directa en distintas empresas, distintos sectores y distintos países. La técnica del proyecto, hacer incidencia sobre lo maravilloso que es un producto, ha pasado a la historia, es aburrido, no genera emoción. Estamos en el siglo XXI, en la emocionalidad de aquello que debemos usar, utilizar e incorporar a nuestras vidas. Esto parece una mención inocente o quizás un poco alejada de la realidad, yo soy un convencido de que no.

En las escuelas de negocios donde me he formado, en el instituto de empresa, nos han dicho que a los pioneros se los comieron los indios y luego vinieron los agricultores y los ganaderos a ocupar los terrenos. Es verdad que para todo lo bueno siempre se tiene que incorporar un pago, un precio. La emocionalidad del producto es aquello que vamos adoptar como nuestro: “porque yo lo valgo” o “porque me gusta conducir”, siempre estamos haciendo un toque al corazón. En Criptoro, dentro de su lema de que es la plataforma para el siglo XXII, la emocionalidad y la utilidad es llevada a la práctica.

Volviendo un poquito atrás, habías comentado que la sociedad cambia muy rápido y en eso estamos todos de acuerdo. Va a un rito vertiginoso en todos los aspectos, tanto sociales como tecnológicos. En cambio, a la vista de los problemas económicos estructurales que tenemos actualmente, se habla de volver al patrón oro. Como experto que eres en metales preciosos, ¿piensas que este cambio tan rápido de la sociedad y de la economía, y al mismo tiempo una vuelta al patrón oro que suena como algo antiguo, es posible?

Sinceramente, la vuelta al patrón oro la veo muy complicada, pero no veo en lo absoluto alejada de la realidad la vuelta a la referencia al oro. Es una cuestión de niveles de intensidad. El patrón oro es ponerme un cinturón en lo que solamente me permitiría dos agujeros de holgura. La referencia, es decir, tenerlo como una base flexible sin que sea un patrón o una regla sí lo veo factible.

Nuestra referencia de tener una cobertura, una protección en oro en metales preciosos, creo que es necesaria para todo individuo, porque la sociedad está cambiando muy rápidamente, los valores se transforman y una referencia a un valor tradicional de más de 6000 años entiendo que es absolutamente necesario. Es como si decoraras tu casa con muebles modernos, todos llenos de las últimas tendencias en diseño; sin duda lo habrás hecho con mucha ilusión, pero también sin duda habrás creado un espacio frio. ¿Qué ocurre si de vez en cuando incorporas una pintura del siglo XX, un colorido especial, un mueble que te recuerda a tus padres o a tus abuelos, aunque sea modernos? Vas enriqueciendo con distintas gamas y vas creando un lugar mucho más rico en matices. Por eso, soy un convencido de que tener una cuenta de depósito, una protección, una referencia al oro, donde vayamos apartando una parte de nuestros ahorros es esencial. El oro, como los metales preciosos, son valores intrínsecos, por tanto, siempre vamos a tener una póliza de seguros en la que no estamos obligados a someternos ni a plazos, ni a términos, ni a tiempos, ni a rentabilidades fijas o previstas. Para mí es absolutamente esencial.

Me gustaría que nos comentaras, para terminar, ¿qué piensas que puedes aportar al proyecto Criptoro y cuál es tu mayor fortaleza a nivel personal para que el proyecto Criptoro vaya hacia adelante?

Esa es una pregunta fantástica, pero tremendamente multidisciplinar. En mi convicción, aportar hace referencia siempre a una percepción subjetiva. No obstante, tenemos siempre que tener en cuenta la percepción subjetiva de los otros frente a tus necesidades, es decir es un cambio evolutivo.

Por otro lado, tenemos la misma percepción subjetiva frente a la realidad, es decir qué puedo aportar yo, hechos tangibles y comprobables. La utilidad y aplicación de estos hechos tangibles va a depender de mucho, primero, del camino que quiera seguir Criptoro y después el camino que quiere seguir Criptoro en una sociedad en la que queremos ser punteros.

Gracias Jaime, ha sido un placer poder tener este rato contigo

Josefina Sánchez Nasarre

Profesora IEIC. Relaciones Institucionales y Protocolo CRIPTORO